PÁGINAS

martes, 15 de diciembre de 2015

ARTICULO: ¿Qué regalar a un escritor por navidad? por Mayte Esteban

   ¿QUÉ REGALAR A UN ESCRITOR POR NAVIDAD?


Ahora que llegan las fechas navideñas, también llega el momento de empezar a pensar en regalos para quienes tenemos más cerca. ¿Tú tienes a un escritor al lado? ¿Te has parado a pensar en un regalo para él? Eso es lo que he estado haciendo yo, pensar regalos para escritores. Con un poco de trampa, la verdad, porque ya que estaba me he puesto a pensar en lo que me gustaría que me regalasen a mí.
¡Y la lista me ha salido larga!



PARA EL ESPACIO.

Cuando escribimos una novela es necesario ambientarla, crear un espacio donde los personajes vivan su historia. Es uno de los elementos clave, tan decisivo que, si falla, la novela acaba coja. ¿Qué tal si colaboramos para ambientar el espacio de nuestro escritor? Para esto, se me ocurren algunas ideas.
                -Una taza personalizada con una frase chula.
                La frase la dejo a tu elección, que seguro que eres quien mejor conoce a esa persona. Para personalizar la taza existen en el mercado cientos de miles de sitios donde se pueden conseguir. Echa un vistazo en la red y lo comprobarás. Los escritores pasamos mucho tiempo sentados delante de cuadernos o del teclado del ordenador, y no viene mal tener a mano un refrigerio. Lo de rellenarla con café, té o cualquier bebida de graduación alcohólica se lo dejamos al sujeto en cuestión.
                -Un bote para los bolígrafos. Con otra frase chula.
                Otra versión de la taza, para guardar el material de trabajo. Puedes rellenarlo con bolígrafos, gomas de borrar, un lápiz… A tu aire, seguro que todo le viene bien.
                -Una agenda.
                Ya sé que los teléfonos de última generación tienen doscientas mil funciones que pueden suplir esta, pero me he encontrado con agendas muy chulas dando una vuelta por la red. Incluso las hay llenas de frases literarias o motivadoras. Ya sabes que el escritor es capaz de encontrar inspiración en el vuelo de una mosca, así que no descartes que tu regalo pueda incluso disparar una nueva historia.
                -Libretas.
                Somos mega fans de las libretas y nunca tenemos suficientes. Nos encanta llenarlas de ideas, dibujos, notas… Y además necesitamos muchísimas, no solo para la mesa de trabajo, sino para tenerlas a mano en el bolso, en el coche, en la oficina, en el bolsillo del abrigo. La inspiración es muy puñetera y te susurra ideas de pronto cuando estás en un ascensor. Sería una pena perderlas, ¿no es cierto?
                -Velas con aroma a libros.
                Sé que estás poniendo cara de que me he vuelto loca, pero no… ¡existen! ¿A que quedaría genial escribir con el olor de Orgullo y prejuicio, por ejemplo? Y más original no se me ocurre nada.
                -Música romántica.
                Inspiradora, evocadora, mágica… pero que no distraiga mucho, que los escritores solemos ser gente que se dispersa con facilidad. Hazle una selección. No sé, quizá además de servirle de fondo, acabe pensando en ti…


PARA LA HISTORIA.

                Bien, ya tenemos el espacio cubierto, ahora vamos a por lo que es creación literaria. ¿Qué puede necesitar un escritor? Algo se me ocurre.
                -Memoria USB.
                Muchos tienen una diferente para cada proyecto, así que no lo descartes como un regalo. Quizá no sea lo más original del mundo, pero con ello le estás enviando un mensaje extra, ese que dice que confías en lo que hace y es una manera de animar para que otro libro se ponga en marcha. Y, además, existen tantos modelos que seguro que acabas dando con uno divertido y con un significado muy personal.
                -Notas adhesivas.
                Imprescindibles para los cuadernos, para no señalar detalles a los que volver y conseguir que al final todo encaje. No importa que tu escritor use siempre el ordenador, te recuerdo que tenemos decenas, cientos, miles de libretas desperdigadas por todas partes. Y muchas libretas no ganarían el premio a la reina del orden.
                -Diccionario.
                Un clásico. Si es de sinónimos, mejor que mejor, porque de los otros siempre hay alguno por casa.
                -Curso de escritura y manuales.
                Para momentos de atasco los manuales vienen muy bien. Leerlos puede ayudar a detectar algo que se ha olvidado y siempre es muy interesante ir creciendo y aprendiendo. Y es otro de esos regalos que llevan enredados
en ellos un voto de confianza en lo que hacen. Y si te vienes arriba del todo, regálale un curso de escritura. Es una de esas cosas que siempre apetece hacer, pero que vamos dejando para otro momento. Quizá sea el empujón definitivo.


                                                             PARA EL TIEMPO

                Es tanto o más necesario que tener a mano bolígrafos y libretas. Nunca es suficiente, siempre hace falta más y acabamos robándoselo a las horas de dormir. Bien, quizá nosotros, que tenemos a un escritor cerca, podamos regalarle tiempo. Lo de regalarle inspiración ya sería lo más, pero esa no la venden en botecitos con lazo. Una pena.
                -Un colgador para la puerta con el cartel de no molestar.
                Da igual que tengas todo lo anterior a mano si a tu alrededor hay un par de niños peleándose por el mando de la Play, la tele a todo volumen, el teléfono sonando cada dos minutos y un perro que te trae una pelota y mueve la cola pidiendo que lo saques a la calle. Con esto es posible que a la inspiración le dé por no aparecer, o en el caso de que llegue, viendo el panorama, opte por largarse. Regalémosle algo que en realidad es una indirecta –muy directa- para los que tiene alrededor. Ya sé que el perro no sabe leer, pero si la puerta está cerrada, a lo mejor lo entiende.
                -Tiempo.
                Regálale momentos libres. Un par de horas de calma en casa para que pueda emplearlas en dejar volar la imaginación mientras tú te llevas al perro y a los niños. Esto solo es posible para quienes tienen como pareja un escritor, pero también sirve para amigos de escritores. ¡Por Dios, no le mandes mensajes todo el tiempo que no avanzará!
                -Una estancia tranquila en una casa rural.
                ¿Habéis oído hablar del sueño de estar solo en un lugar aislado para escribir? Pues haz que sea una realidad. Un fin de semana de desconexión total. El paraíso, vamos. Si estamos en el caso de que seas su pareja… vale, te dejo que vayas también, pero entonces no será para escribir, será para que le hagas vivir un par de días memorables, llenos de romanticismo que le entren ganas de recrear en una escena… o para que vuelva con las pilas cargadas a casa.
                -Una idea.
                Regálale eso. Una idea que se te haya ocurrido, una historia que te gustaría leer, pero que tú no sabes cómo contar. Quizá el resultado no se acabe pareciendo a lo que imaginaste, pero te lo agradecerá si de ahí acaba saliendo algo bueno. Y quizá hasta te dedique el libro. ¿Lo has pensado? Regalo de ida y vuelta.
                -Interés por lo que hace.
                ¿A que parece una tontería? Pues no lo es, en realidad creo que es el mejor regalo que se le puede hacer a un artista, y recordemos que quienes escriben lo son. Esto no se puede envolver, te lo advierto, a no ser que se lo demuestres invitándole a cenar.
                -Un abrazo.

                Puedes escribir tarjetas o vales por abrazos, y que te los vaya dando en los momentos en los que lo necesite. Estás frente a una persona altamente sensible que los necesita más que respirar, pero también frente a alguien muy complicado, capaz de describirte con detalle los sentimientos de dos personajes y, a la vez, de olvidarse de poner sobre la mesa los suyos. Pónselo fácil.


Artículo de Mayte Esteban



2 comentarios:

  1. ¡Lista genial! Sí quieren anotar y regalarme, cualquier elemento de la lista, será bien recibido.

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  2. ¡Me encanta la lista! firmaría por todos los regalitos, pero con uno solo ya sería muy feliz. Gracias cielo.

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