PÁGINAS

lunes, 29 de junio de 2020

FRAGMENTO: Me vuelves loco de Brenda Ford





Capítulo 1 - Oliver




—¡No sé cuál es tu obsesión por el cine independiente! —Rosie se ríe a carcajadas—. Entiendo que a veces ofrecen algo diferente al cine comercial, pero en su mayoría es pretencioso.
—Oh, vamos. —La empujo juguetonamente—. Es mejor que ver un guion típico de Hollywood que ya has visto un millón de veces. No se puede predecir la trama de una película independiente. Por eso me gusta.
—Bueno, tienes suerte de que tú me gustes. —Ella hace crujir las palomitas de maíz en la boca—. De lo contrario, te patearía el trasero.
Me recuesto en el sofá y finjo que también estoy viendo la película, pero es difícil concentrarme en la trama cuando estoy con Rosie. Siempre ha sido un reto concentrarse en cualquier cosa estando con ella, ya que siempre es una distracción. No importa lo que esté pasando en mi vida porque siempre me encuentro mirándola, pensando en ella...
Lo gracioso es que hace poco que somos amigos. Se mudó a la casa de al lado y empezamos a charlar. Era genial tener a alguien de la misma edad que yo con quien poder conectar y tener cosas en común. Tengo cinco hermanos a los que adoro y con los que tengo una relación muy estrecha, sobre todo, porque nuestros padres murieron en un accidente de coche cuando éramos niños, pero no tengo mucho en común con ellos. Brad es trece años mayor que yo, que solo tengo veintitrés, y nuestras prioridades son muy diferentes. Es un tipo genial y siempre puedo hablar con él, pero no creo que suela entenderme. Luego están los gemelos. Álex es la estrella de rock y Ángelo es el descarado. Solo son un año más jóvenes que yo, pero entre ellos se entienden mejor. Luego está Wesley, el más inteligente de todos, y Nelson, que acaba de dejar la escuela secundaria. Siempre me he sentido un poco marginado por estar en el medio y porque soy más tranquilo y mucho más serio que los demás... al menos, lo soy cuando no estoy cerca de Rosie.
Pero Rosie saca a relucir el lado más divertido de mí, siempre lo ha hecho. Me he ido dando cuenta de que mis sentimientos por ella han ido cambiando de pura amistad a algo más profundo. Nunca he dado un paso porque ella está saliendo con Tristán, pero mis sentimientos están ahí, persiguiéndome como una tortura. Y esa es la razón por la que no conozco a Tristán y ni quiero hacerlo. Me mataría verlos juntos.
El año pasado todo empeoró porque pensé que ella también podría sentir lo mismo. Me invitó a un evento con ella porque había roto con Tristán de nuevo y quería que la ayudara a ponerlo celoso. Y fue maravilloso. Bailamos, pasamos tiempo juntos… Todo fue muy romántico. Y luego nos besamos. Di por hecho que fue en ese momento cuando ella también notó sus sentimientos por mí. Me aferré a la fantasía de que sería el comienzo del resto de nuestras vidas en común... hasta que Tristán le rogó que volviera con él, lo cual hizo. Estaba claro que ella no sentía lo mismo que yo, y fue devastador. Sacudió los cimientos de mi vida y no estaba seguro de que pudiera recuperarme de nuevo. No pensé que podría volver a estar con ella.
Pero lo estoy, y me siento bien. Sigo pensando que puede haber un poco de tensión entre nosotros, que ya no es como era, pero lo acepto. Ya ni siquiera sé lo que siento por ella. Creo que ya no me gusta de la misma manera. Durante el último año he aceptado que nunca seremos pareja. Desde luego, no me gusta pensar mucho en ella y en Tristán, pero ya no sufro como antes.
—¿Quién es ese personaje? —me pregunta Rosie—. Es la primera vez que sale y no lo entiendo. ¿Ahora aparece y es tan imprescindible? No lo comprendo.
—Oh, Rosie, lo analizas demasiado. —La verdad es que yo tampoco tengo ni idea de lo que está pasando. Si lo reconozco, pierdo mi derecho a elegir la película de nuevo—. Pronto se sabrá quién es y qué está haciendo. Un poco de paciencia.
Me lanza una mirada desconfiada.
—Tú también estás perdido. Me dan ganas de patearte el trasero.
—¡Me gustaría verte intentarlo! —Pongo los ojos en blanco y resoplo—. Sabes que hago karate, ¿verdad?
—Diste dos clases cuando tenías diecisiete años. No sabes una mierda de karate.
Justo cuando estamos a punto de enzarzarnos en una conversación divertida, la magia del momento se ve interrumpida por el teléfono móvil de Rosie. Ambos sabemos que se trata de Tristán y puedo vislumbrar la culpa en sus ojos por estar conmigo en lugar de con él.
Levanta el teléfono y frunce el ceño.
—Oh, ¿quién es ese?
Veo que su espalda se pone rígida y se me hiela la sangre. Conozco a Rosie desde hace tiempo y sé que le han dicho algo que no le gusta.  El color se le escapa de la cara.
—¿Qué está pasando?  —susurro—. ¿Necesitas que haga algo?
Se aleja de mí, la preocupación inunda su cara. Mientras sus dedos acarician su cabello, una sensación de desesperanza me invade. Todo lo que quiero hacer es abrazarla, pero su lenguaje corporal grita que no la toque, que no necesita mi apoyo. Me mata no poder ayudarla.
—Oh, Dios mío —jadea, sus palabras tiemblan de tristeza—. Oh,  Dios mío, ¿esto es de verdad?
Corta la llamada y me mira con el pánico inundándole la cara, pero antes de que pueda empezar a decirme lo que está pasando sus pies despegan y baja las escaleras corriendo hacia la puerta principal.  
—¿Qué diablos? —Estoy conmocionado hasta la médula—. ¿Qué acaba de pasar?
Tristán no es la persona más fiel que conozco, así que podrían haberle dicho que la ha engañado de nuevo. Sin embargo, parece que le han contado algo mucho peor que eso.
—¿Qué está pasando? —grita Brad mientras echo a correr—. ¿Estás bien Rosie?
Pero todo lo que puedo hacer es encoger los hombros. Creo que se ha ido a su casa, que está justo al lado.
—¡Rosie! —grito una vez dentro—. Rosie, ¿qué está pasando? ¿Qué sucede?
Miro en cada habitación y, finalmente, encuentro a Rosie enrollada como una pelota en el suelo del baño, con vómito alrededor de sus labios. Sus mejillas están mojadas y sus ojos brillantes y rojos. Me rompe el corazón verla así.
—¿Qué sucede? —Me agacho a su lado y la abrazo.
—Mi tía —solloza—. Ella ha tenido… ha tenido un accidente. La atropelló un coche a toda velocidad y... y los médicos no pudieron salvarla. Ha fallecido esta mañana.
Esas palabras me afectan muchísimo porque entiendo lo que es perder a los padres en un accidente. Aún recuerdo el horrible vacío que acompaña a la noticia.
—Lo siento mucho, Rosie, es horrible.
—Ni siquiera la he visto desde que nos mudamos aquí. Hemos... hemos hablado, pero no nos hemos visto. Y ahora ella se ha ido. Ellie y Seth se han quedado solos.
—¿Quiénes... quiénes son Ellie y Seth? —pregunto en voz baja.
—Mis primos. Estábamos muy unidos. Son tan jóvenes… no sé qué pasará. Todo esto es tan…
Ella no sabe qué decir y yo tampoco sé cómo puedo ayudarla. Lo único que puedo hacer es apoyar su cabeza sobre mi hombro y consolarla mientras pienso en estos pobres niños que se han quedado sin madre.
—¿Cómo puedo ayudarlos, Olivia? ¿Qué puedo hacer? ¿Debería ir allí?
Entiendo su necesidad de ayudar. Esta sensación de impotencia es horrible.
—Tienes que hablar con tu madre. Ella sabrá qué hacer y qué es lo mejor para tus primos.
—Gracias —murmura en voz baja—. Gracias por estar conmigo, por apoyarme, por calmarme y por cuidarme. Sé que no mucha gente lo haría.
Se refiere a Tristán, estoy seguro. Ella sabe tan bien como todos los demás que él no la apoya cuando lo necesita. Sin embargo, ella ha tomado la decisión de estar con él. Lo único que yo puedo hacer es abrazarla con fuerza.  




Capítulo 2 - Ellie




—¿Vamos a volver aquí alguna vez? —me pregunta Seth con tristeza mientras miramos nuestra casa. Es el edificio en el que siempre hemos vivido, la casa en la que se suponía que pasaríamos toda nuestra infancia, pero ahora mamá ha fallecido y tenemos que irnos.
—No, Seth —respondo honestamente mientras lo abrazo. Tal vez debería tratar de endulzarle las cosas, pero nunca he sido esa clase de persona y mi hermano menor lo sabe. A sus nueve años ya se ha acostumbrado a mí—. La casa se venderá y no podemos volver. Vamos a vivir con la tía Amelia por un tiempo hasta que cumpla dieciocho años.
—¿Y después? —Alza la cabeza para mirarme.
—Bueno, cuando tenga dieciocho años seré adulta y podré cuidarte.
Estoy muy agradecida a Amelia y a mi prima Rosie por acogernos, no sé qué haríamos sin ellas. En la actualidad, apenas las conozco pero hace años teníamos mucho contacto. Ya no soy una niña, tengo diecisiete años y estoy creciendo rápidamente. Mamá siempre estaba trabajando, así que crie a Seth sola. Puedo encargarme de nosotros dos y así estaré con la mente ocupada para no echarla tanto de menos, ni para preguntarme una y otra vez por qué me la han arrebatado de una manera tan cruel. No quiero pensar más en eso. He pasado las últimas dos semanas llorando y ahora necesito un nuevo comienzo. Las lágrimas no la traerán de vuelta, nada lo hará, así que todo lo que puedo hacer es tratar de poner mi vida en orden.
—Voy a extrañar la casa y a mis amigos, Ellie. No sé si quiero ir.
—No podemos quedarnos. —Le froto el pelo, tratando de consolarlo—. No nos dejarán quedarnos. Pero iremos a una nueva escuela y harás amigos. Te lo prometo.
—¿Tú también harás nuevos amigos, Ellie?
No respondo a eso, pero sus palabras me hacen pensar. El hecho de que no tenga amigos aquí es una de las razones por las que no le he prometido a Seth que volveremos tan pronto como podamos. Aparte de la casa de mi infancia que pronto se venderá, no hay nada aquí que me retenga. No desde el incidente. Así es como mi madre solía llamarlo. «El incidente». Como si fuera algo de lo que avergonzarse, como si fuera culpa mía y no de esas horribles chicas perversas que decidieron arruinar mi vida sin ninguna razón.
Todo comenzó justo después de mi decimoquinto cumpleaños, cuando empezaron a crecerme los pechos y atraje miradas que yo no quería, sobre todo, las de Tammy y su pandilla de amigas desagradables. Ella decidió odiarme porque el idiota de su novio hizo un comentario sobre mí y mi cuerpo. Y no solo decidió odiarme, también decidió torturarme. Al principio fue con palabras, luego con empujones y, por último, llegó el día del incidente.
Sucedió antes de la clase de gimnasia, justo cuando me estaba cambiando. Tammy y sus amigas me rodearon cuando estaba en ropa interior y comenzaron a burlarse de mí. Yo me eché a llorar cuando me arrojaron al suelo, me quitaron el sujetador y me hicieron una foto para compartirla en la escuela. Quedé destrozada.
Los comentarios constantes que vinieron después fueron tan horribles como el hecho en sí. Y empecé a sufrir ataques de pánico. No tenía intención de decírselo a nadie hasta que mi madre casi me mandó al hospital una noche porque pensó que tenía problemas cardíacos... entonces todo salió a la luz. Incluso encontró algunas de las fotos en internet. Hubo problemas en la escuela, la policía se involucró y fue una locura total. Yo estaba en medio de todo eso odiando mi cuerpo por ser el causante de que la gente me tratara así. No me di cuenta de que no era culpa mía. Ellos fueron los responsables.
Dejé la escuela después de eso y empecé a tomar clases por internet para poder concentrarme en mi educación. Me ayudó a superarlo y a recuperar mi confianza. Ahora me siento mucho mejor conmigo misma, mucho más feliz. Ya he superado lo que me hicieron, pero aun así estoy contenta de irme y alejarme de todo. No sé si volveré a hacer amigos porque me cuesta mucho volver a confiar en alguien. En cuanto a tener una relación amorosa no está en mis planes. Me gusta la idea del romance como una fantasía, pero la realidad me da miedo.
Pero, ¿quién sabe lo que puede pasar? Tal vez haga un montón de amigos y me enamore. No parece probable, pero tampoco es imposible. Muchas personas con traumas terminan conociendo a alguien especial y viven felices para siempre…
Oh, Dios, eres una idiota. Sacudo la cabeza. ¿Qué coño dices, Ellie? ¿Amor? ¿Felices para siempre?
Ni siquiera sé si creo en toda esa mierda. Ciertamente, no he tenido ningún modelo a seguir en ese ámbito. Mi padre no ha estado mucho en mi vida. Entró y salió antes de que mamá se quedara embarazada de Seth y desapareció para siempre después de su nacimiento.
Hasta donde sé, incluso intentaron encontrarlo para que viviéramos con él tras la muerte de mi madre, pero está ilocalizable. Gracias a Dios. Porque esa sería la peor opción de todas. No es un buen hombre y me mataría tener que vivir con él. Seth y yo estaremos mejor solos.
—Deberíamos hacer las maletas, ¿no crees? —le digo a Seth—. Vamos a prepararlo todo y nos vamos a la estación de trenes, no podemos perder nuestro viaje. Va a ser un día largo.
—¿Vamos a estar bien? —la pregunta es demasiado profunda para un niño de nueve años.
—Oh, claro que sí. —Lo tranquilizo—. Me aseguraré de ello. No te preocupes por nada.
Pero se preocupará. Seth es sensible. Cuando se haya instalado en la casa de nuestra tía y haya empezado la escuela, por fin estará bien. Solo espero que le guste la escuela tanto como le he prometido y que haga buenos amigos. Quiero que termine su educación. Por supuesto, la muerte de su madre va a afectarle, pero haré lo que esté en mi mano para que su vida continúe lo más normal posible.
«Haré esto por ti, mamá» pienso, con los ojos mirando al cielo. «Lo haré».  
Dios, odio que se haya ido. Me entristece tanto haberla perdido tan de repente… Agacho la cabeza. Ella necesita que me mantenga fuerte por Seth.
Entramos y recogemos el resto de nuestras pertenencias, nos despedimos silenciosamente de la casa y volvemos fuera en el momento en que el taxi llega para recogernos. Rosie se ofreció a venir y también se ofreció a quedarse y ayudarnos después del funeral, pero no puedo evitar querer hacerlo todo yo sola. Le dije que no, por eso vamos a coger el tren. Es mejor así porque pronto nos quedaremos solos. Más vale que nos vayamos acostumbrando.
—¿Hay alguien de quien quieras despedirte? —me pregunta Seth mientras nos alejamos, casi como si no se diera cuenta de que ya es demasiado tarde—. Me despedí de todos en la escuela el otro día.
—Ya me he despedido de todos. —Apoyo la cabeza en el reposacabezas—. Estoy deseando que comience nuestra nueva aventura.
Pero mientras vamos hacia la estación se me congela la sangre. Olvidé decirle al taxista que no pasara por Fall Lane, lo que significa que tendré que ver el área del accidente. Todavía no lo he hecho a pesar de que me lo recomendaron, y no quiero hacerlo ahora...
—Mierda —susurro, mientras veo los ramos de flores a un lado de la carretera—. Oh, Dios mío.
La escena cobra vida ante mis ojos. Mamá con las bolsas de la compra y caminando del trabajo a casa, cansada después de un largo turno, y el coche a toda velocidad apareciendo por la carretera para arroyarla y aplastarla contra la pared, causando a todos los que lo presenciaron que gritaran de puro horror. Supongo que lo único bueno fue que murió instantáneamente, así que no sufrió, pero aun así me destroza pensar en ello. Ella estaba sola. No debería haber estado sola. Nadie debería tener que morir solo.
Necesito salir de aquí, necesito irme para siempre y no mirar atrás. Este lugar es tóxico. No tiene buenos recuerdos. Quiero algo nuevo, quiero abrirme y volver a intentarlo, necesito una nueva vida.




Capítulo 3 - Oliver




—¿Qué estás haciendo? —Se queja Álex—. Estoy cansado y trato de dormir en el sofá. ¿Por qué sigues abriendo las cortinas para mirar por la ventana?
—Es la una de la tarde, Álex. Tal vez deberías levantar tu trasero ya.
—Anoche toqué en un concierto hasta tarde. —Se pone una almohada en la cara—. Estoy destrozado.
—Esta es una casa grande. —Mis padres nos dejaron esta casa tan espaciosa para los seis—. Hay muchas habitaciones para descansar.
—También hay muchos lugares para que hagas... lo que sea que estés haciendo.
—Estoy tratando de ver qué está pasando en la casa de Rosie. Su prima viene hoy y esta es la única habitación desde la que puedo espiar sin que me vean. Rosie no quiere que me involucre en sus asuntos familiares.
—Entonces, ¿por qué diablos estás tan preocupado? —se quejó—. Déjala en paz, ¿quieres? —Pongo los ojos en blanco e ignoro a Álex—. ¿Está el novio de Rosie ahí fuera? —pregunta, claramente enfadado.
—Sí, Tristán está ahí. —Estoy molesto porque yo estoy mucho más cerca de la familia Clark que Tristán. Sin embargo, Rosie no quiere que Tristán me conozca porque puede que necesite utilizarme para darle celos.
—Suenas celoso —dice Álex—. ¿Te gusta Rosie o algo así? Porque odio decirte esto, Oliver, pero creo que estás en la zona de amigos.
—Gracias, Einstein, es una información muy útil. Pero no, no me gusta Rosie.
—Eres como una vieja chismosa moviendo las cortinas.
Sacudo la cabeza y lo ignoro. Álex quiere que me largue, pero no voy a darle esa satisfacción. Voy a seguir aquí observando hasta enterarme de lo que sucede. Estoy muy involucrado en esta situación porque yo estaba con ella cuando recibió la noticia. Ayudé a Rosie a prepararse para el funeral, y también la ayudé en la casa para recibir a Ellie y Seth.
De repente, mi corazón deja de latir cuando veo a Tristán acercarse a Rosie para darle un beso. Pensé que nuestro beso fue el más intenso de su vida, pero verlos compartir este momento se lleva esa sensación y me quita el aliento. Hay mucha conexión entre ellos.
—¿Estás bien? —pregunta Álex—. ¿Has visto algo?
—Nada por lo que valga la pena levantarse —insisto.
¿Estoy celoso? Me lo pregunto mientras muevo la cabeza de un lado a otro. ¿Quiero ser Tristán?
Siempre pensé que verlos juntos me aplastaría, pero solo me siento vacío. Quiero ese tipo de relación, pero no con Rosie, ya que nunca me sentiría cómodo con ella. No sería capaz de confiar en ella. Tal vez, ya lo he superado. Tal vez, todos esos años creyendo que estaba enamorado de ella se han ido y por fin podemos ser amigos. Eso es bueno. Significa que yo también puedo seguir adelante y pensar en otras mujeres.
¿Con quién terminaré? Me pregunto, inclinándome hacia atrás por un segundo. ¿Qué clase de mujer conoceré?
Ha habido un par de mujeres en el trabajo que han intentado coquetear conmigo, pero siempre las he alejado. Puede que sea hora de cambiar ese hábito, de abrirme a ellas y ver a dónde nos lleva, aunque no estoy seguro de que sea buena idea salir con gente con la que trabajo.
De repente, algo ocurre fuera. Me siento más erguido y observo cómo un taxi se detiene y bajan dos personas. Un niño cuyo mundo parece que se ha desmoronado y una mujer de labios rojos, con el pelo largo y rubio. Estoy conmocionado. Pensé que Ellie sería más joven. Ella es una mujer. Una mujer hermosa y adulta.
—Vaya —susurro, mi corazón late más rápido. Maldita sea, debería estar ahí fuera, saludando a esa gente y ofreciéndoles mi apoyo.
—Déjame ver. —Álex es tan entrometido como yo—. Oh, vaya.
Al ver a Ellie y Seth interactuar con su familia, casi puedo sentir el dolor que irradian.
—Me siento tan mal por ellos —murmuro—. Deben de sentirse tan mal…
—¿Su madre ha muerto? ¿Es eso lo que ha pasado? —Asiento con la cabeza—. Vaya, qué pena. ¿Y su padre?
—No lo sé. Rosie no me ha contado nada sobre su padre. Me parece que no tienen a nadie.
Nos sentamos en silencio durante un rato y observamos cómo meten en la casa las maletas de sus primos. Álex murmura que se va a la cama y me deja solo. Me siento como un tonto mirando por la ventana cuando ya no hay nadie allí, pero no puedo moverme y no sé por qué. Ahora, por primera vez, no es Rosie en quien pienso, sino en Ellie. Su prima, con sus ojos brillantes a pesar de su tristeza y esa fuerte aura de confianza que la envolvía.
Es muy guapa. Creo que es un poco más joven que Rosie, pero no mucho. Su vida acaba de ser afectada por la muerte de su madre, así que lo último que querrá será salir con alguien. Bueno, solo porque ella sea impresionante no significa que vayamos a llevarnos bien. Puede que no me guste su carácter.
Si realmente estoy dispuesto a salir con alguien tiene que ser con alguien a quien no conozca de nada.
Justo cuando estaba a punto de retirarme de la ventana veo que todos vuelven a salir para sentarse en los muebles del patio con tazas de café en las manos. Seth lleva un vaso de zumo y un balón de fútbol que empieza a patear en el jardín.
Se sientan alrededor de la mesa y se ponen a charlar. Bueno, las mujeres lo hacen. Tristán tiene una expresión aburrida en la cara mientras sostiene su móvil entre las manos, enviando mensajes para evadirse de la situación. Eso me enfurece. ¿Por qué no quiere apoyar a su novia y su familia? A mí sí me gustaría ayudar... pero estoy atrapado aquí. ¿Por qué consiento todo lo que Rosie quiere que haga? No tengo por qué quedarme en casa solo porque ella no quiere que su novio sepa que soy yo a quien utilizó para ponerlo celoso. Puedo ayudar y quiero hacerlo. Además, si Ellie y Seth van a vivir cerca de nosotros debería conocerlos a los dos.
Camino hacia la puerta principal decidido a salir, pero luego me detengo en el último momento. No puedo aparecer de repente, ya que Rosie me odiará y me pateará el trasero. No volverá a confiar en mí. Se trata de su familia y necesitan lidiar con esto a su manera.
Entonces, ¿por qué demonios se están moviendo mis pies de nuevo? Abro la puerta y me dirijo hacia el buzón como si estuviera buscando una carta. Ya puedo sentir los ojos de la familia Clark sobre mí preguntándose qué diablos estoy haciendo. Yo tampoco lo sé, solo noto mi corazón golpeando fuerte contra mi caja torácica y mi cabeza girando.
Me giro lentamente, sabiendo que necesito enfrentarme a ellos, y les ofrezco una sonrisa. Rosie levanta la mano para saludarme, pero puedo ver la furia en sus ojos.
Ellie también me está saludando y sonriendo. De hecho, tiene una sonrisa muy bonita. El tipo de sonrisa que te para el corazón.




Capítulo 4 - Ellie




¿Quién es el chico que está en la calle saludándonos? Es muy guapo y mi corazón late con fuerza. Me gusta mucho. No puedo creerlo. Llevo fuera de mi ciudad natal unas horas y ya me he fijado en un chico que me gusta mucho. Es liberador y emocionante.
—Dios mío —susurra Rosie—. ¿Qué está haciendo?
—¿Quién coño es ese? —pregunta Tristán levantando la vista de la pantalla de su teléfono—. Me suena su cara.
—Seguramente te suena porque vive al lado de tu novia. —Pongo los ojos en blanco.
No tengo una buena impresión de Tristán, pero no puedo decir nada porque es el novio de Rosie y ella parece que lo ama aunque sea un imbécil. Rosie y su madre nos están ayudando a mí y a Seth en este momento, así que tengo que ser cordial hasta que cumpla dieciocho años y podamos mudarnos. Entonces podré decir lo que quiera.
—No, creo que lo conozco de otro lado. ¿Verdad, Rosie? —Se empieza a enfadar—. Creo que lo he visto contigo.
—No lo creo. —Es obvio que Rosie está mintiendo. No sé por qué, pero no le dice la verdad a su novio. No obstante, no es asunto mío—. Es uno de los hermanos Smith que viven al lado.
Me levanto y paso al lado de mi familia para conocer a ese chico. Sus ojos son intrigantes y quiero saber más. Me está atrayendo como un imán y no puedo resistirme a saludarlo. Tal vez, este sea un nuevo comienzo para mí. Me gusta esta oleada de confianza.
—Espera. —Rosie me agarra el brazo con fuerza—. ¿Qué demonios estás haciendo?
—Voy a saludar. —Arqueo las cejas—. Quiero conocer a mi nuevo vecino.
—¿Por qué? —Hay desesperación en su mirada. Hay algo raro aquí.
—¿Por qué no? —Me encojo de hombros—. Este es mi nuevo hogar, ¿no? Voy a tener que hacer nuevos amigos mientras estoy aquí. Es mejor empezar cerca de casa.
Rosie sigue mirándome de la misma manera confusa, pero no puede decir nada más porque Tristán se ha inclinado hacia adelante y la mira como si fuera a exigir una explicación en cualquier momento. Mientras ella está atascada, aprovecho la oportunidad para escabullirme y acercarme a ese chico. Mi cara se estira en una sonrisa y le extiendo la mano.
—Hola. Me llamo Ellie. Voy a vivir a tu lado durante un tiempo.
—Eh, cierto... —Él toma mi mano y las estrechamos. La electricidad fluye por mi brazo y enseguida conectamos—. Encantado de conocerte, Ellie. Me llamo Oliver Smith.
Él da medio paso atrás, pero regresa a mí cuando se da cuenta de que no voy a ninguna parte. No solo quiero saludarle, quiero hablar con él. Tal vez Seth tenga razón y sea hora de hacer amigos de verdad. Empezando por el tipo que vive al lado.
—Lamento lo que te pasó —dice, con la voz afectada—. Es muy difícil. Lo sé porque mis padres murieron cuando yo era más joven. Un accidente de coche.
Mis ojos se abren de par en par, ahora es aún más extraño que Rosie no mencionara a sus vecinos antes, sobre todo, porque él puede entenderme perfectamente.
—Lo lamento mucho, aunque al menos entiendes por lo que estoy pasando.
—Sí. Si tú o tu hermano queréis hablar... bueno, vivo al lado. Ya sabes dónde encontrarme.
Oh, me gusta la idea de ir a verlo cuando quiera. Noto una emoción un tanto traviesa que hace que un escalofrío suba y baje por mi columna vertebral.
—Muchas gracias, acepto la oferta. Menos mal que tengo a Seth para ocuparme de él y no pensar solo en mí.
Estoy segura de que siento que sus ojos se mueven con discreción por mi cuerpo, lo que puede ser visto como un poco irrespetuoso considerando que es nuestra primera conversación, pero yo no lo considero una falta de respeto porque hago lo mismo con él. Me pregunto qué aspecto tiene debajo de la ropa. Apuesto a que es sexy y masculino, un hombre de verdad que aprecia a una mujer en lugar de burlarse de su cuerpo. Siento un ligero cosquilleo por todas partes.
—Eso es bueno. Cuando nuestros padres murieron también nos apoyamos entre los hermanos.
—¿Cuántos hermanos tienes?  —Me acerco un poco más a él, disfrutando del calor que irradia su piel. También me gusta su olor masculino y sexy—. Porque veo que tu casa es muy grande…
—Somos seis, por eso necesitamos una casa grande. —Se ríe—. A veces es una locura.
—Apuesto a que sí. Bueno, crecí en una casa muy tranquila. Solo Seth y yo, así que me gusta el ruido.
Hay algo entre nosotros que funciona, puedo sentirlo. Una especie de droga que puede crear adicción. ¿Es así como se coquetea? Pues es bonito y quiero más. Estando con Oliver mantengo la cabeza alta, empujo el pecho hacia afuera y el corazón me late más rápido. Me siento muy bien. Es inexplicable. No entiendo cómo alguien que no conozco tiene ese efecto sobre mí, pero me gusta. Quiero más.
Me muerdo el labio inferior tratando de resistir la tentación de no levantarme de puntillas para besarlo. Soy virgen y ni siquiera me han besado, por eso no puedo ir tan lejos delante de mi familia con un hombre que acabo de conocer, sería un paso demasiado grande. Creo que estoy reaccionando así por mi madre, estas sensaciones pueden ser provocadas por el dolor, así que me echo atrás y rompo el contacto visual. Él parece un poco decepcionado. No puedo evitar preguntarme si él quería besarme tanto como yo quería besarlo a él. El impulso sigue ahí. Es tan fuerte que no sé cómo lo estoy frenando.
—¡Ellie! —Me llama Rosie—. ¡Vamos!
—Vamos, ¿qué? —Veo a Tristán irrumpir en la casa claramente enfadado. Hay algo en Oliver que no le gusta nada—. ¿Qué pasa? —le pregunto a Rosie—. Estoy hablando con el vecino.
—Vamos a entrar. —Rosie me indica que la siga—. Ven con nosotros.
—Oye, Oliver y yo estamos empezando a conocernos.
La mirada que me lanza Rosie es tan intensa que no la soporto. Algo sucede entre Rosie y Oliver y quiero averiguar qué es. ¿Le gusta Oliver? Si es así, ¿por qué está con Tristán? Es un gilipollas y Oliver parece buena persona. Él sería mi elección.
Por otra parte, me alegro de que no haya escogido a Oliver porque quiero conocerlo yo. Me siento muy bien estando con él y me encantaría quedarme aquí toda la noche charlando.
—Será mejor que te vayas —me susurra Oliver, casi como si estuviéramos compartiendo un secreto—. Se enfadará.
Solté una risita. No recuerdo que Rosie tenga mal genio, pero las dos hemos cambiado en estos años. Con las miradas que me está echando parece que quiere asesinarme. Cuando entremos voy a tratar de husmear para averiguar qué le pasa a mi prima.
—Supongo que será mejor que me vaya —le digo con pesar a Oliver—. Espero verte pronto.
—Claro que sí. Lo espero con ansias.
—Yo también —asiento lentamente.
Sí, en su cara puedo leer que también quiere conocerme mejor. Noto un torrente de lujuria que amenaza con consumirme y tragarme entera. Doy un paso atrás manteniendo mis ojos fijos en los suyos hasta que me alejo lo suficiente como para verme forzada a dar media vuelta. Entonces me encuentro con los ojos de Rosie y se me hiela la sangre. Sí, está enfadada y quiero averiguar por qué.  


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