MIENTRAS ME RECUERDES
de Raquel Arias Suárez
19 de diciembre de 1920
Mi querido Kieran,
Este barco que me aleja de tu lado es como un puñal que me
arranca poco a poco el corazón, con la cadencia de una gota de agua en el
deshielo de primavera.
No he probado bocado desde que embarcamos pues quisiera
expirar aquí, en medio de este océano que me agita a su antojo, tan lejos ya de
tus brazos. Eso sería mucho más fácil que imaginar una vida sin tus besos, sin
tu sonrisa.
Mi mente aún no puede comprender el porqué de tan vil
engaño. Tan solo se limita a repasar tus palabras de amor una y otra vez, hasta
la locura, incapaz de creer que tan solo fuesen mentiras. Pero tu ausencia en
la estación así lo constata, finalmente has decidido seguir los consejos de tu
padre y escoger otra compañera para la vida acorde a lo que tu familia ha
dispuesto.
Mis padres me llevan a otra tierra con la convicción de que
allí podré olvidarte y rehacer mi vida. Qué necedad la suya. Ellos no saben
cuánto te amo y que soy incapaz de mirar siquiera a otro hombre. En cada faz
veo tu rostro; en cada mirada, tus ojos; en cada palabra que escucho creo oír
el sonido de tu voz.
Te amo, más que nunca, aunque tú tan solo hayas jugado
conmigo. Y jamás podré borrarte de mi mente y arrancarte de mi corazón.
Por siempre tuya,
Cora.
PUEDES ENCONTRAR ESTA CARTA
JUNTO CON OTRAS EN EL SIGUIENTE LIBRO.
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