ORGULLO
Y PREJUICIO
Ficha
Técnica
Nombre
Original: Pride & Prejudice
Nombre
en Español: Orgullo & Prejuicio
Autor: Jane
Austen
Editorial:
publicada en 1813
Genero: Romance
Histórico.
Sinopsis
La
gran casa de Netherfield Park tiene a un nuevo inquilino: el señor Bingley, un joven
atractivo, rico y... soltero. La señora Bennet está encantada, pues su deseo
más ferviente es encontrar un buen partido para sus cinco hijas. Pero a
Elisabeth, la más rebelde de las hermanas, quien de verdad le interesa es el
señor Darcy, un joven arrogante y misterioso.
RESEÑA
Me
resulta muy difícil hablar de esta novela sin repetir las mil y una cosas que
ya se han dicho de ella. Orgullo y
prejuicio fue escrita por Jane Austen en 1787 con el título de Primeras impresiones, pero fue rechazada
en ese momento por el mundo editorial. Posteriormente, ya con el título que
conocemos y de forma anónima, esta obra pudo ver la luz en 1813. El argumento
es archiconocido:
El
matrimonio Bennet tiene cinco hijas entre 15 y 23 años y alimentan la esperanza
de que realicen un buen matrimonio, ya que el patrimonio familiar está
vinculado a un varón (un sobrino del señor Bennet). Residen en Meryton, donde
Bingley, un adinerado joven, acaba de alquilar la posesión de Netherfield.
Darcy, el mejor amigo de Bingley, se enamora de Lizzie, la segunda de las
hermanas Bennet, inferior a él en condición. La vulgaridad de la familia de
ella hace que Darcy procure alejarse de Meryton y convenza a su amigo, que se
ha fijado en Jane, la hermana mayor, para hacer lo mismo. Sin embargo, Darcy
vuelve a coincidir con Lizzie en Rossings, la propiedad de la tía de él. Por
entonces, Lizzie tiene razones para odiar a Darcy y procurará desafiarlo cada
vez que él se acerque a ella, pero después de rechazar una propuesta de
matrimonio de él (poco adecuada, por cierto), empezará a comprender que sus
prejuicios contra Darcy no están bien fundamentados y su corazón empezará a
inclinarse hacia un hombre que, presupone, ahora debe odiarla. Por supuesto,
suceden muchas cosas más y la historia termina con final feliz.
La
novela comienza presentándonos el agravio que sufre la mujer respecto a los
derechos hereditarios y nos habla del matrimonio como una única salida para las
jóvenes. Sin embargo, Lizzie, a pesar de recibir dos peticiones de mano (una
conveniente y la otra, impensable de tan beneficiosa que resulta), rechaza en
ambas convertirse en la esposa de un hombre al que ni ama ni respeta. Lizzie no
pronuncia ningún discurso feminista, pero inevitablemente su actitud es rebelde
en su contexto y, así, su madre no hace más que reprochárselo (aun ignorando la
segunda proposición). Lizzie tiene ideas propias y está determinada a dejarse
llevar por ellas, aunque no por eso está exenta de influencias y prejuicios,
tal como irá comprendiendo a lo largo del tiempo. Ella, al igual que él, va
evolucionando durante la narración y ambos sufren un aprendizaje que los
mejorará como personas.
Tal vez Jane Austen sea una de las
autoras menos románticas en la época del Romanticismo inglés, y no me refiero a
la concepción actual de ‘romántico’, sino al espíritu rebelde, transgresor y
pasional del Romanticismo. Austen nunca se aleja de la racionalidad y la
sensatez, de la moderación en los sentimientos, pero no por ello acepta un
futuro de entrega. Incluso en el estilo, la vehemencia es sustituida por una
sátira contenida.
Orgullo
y prejuicio no es solo una historia de amor que sigue emocionando. La
incondicionalidad de los profundos sentimientos de Darcy, el sentido del honor
o el respeto que siente por Lizzie continúan haciéndonos suspirar. La novela
también es una sátira a los vicios domésticos, una crítica al abismo entre
clases sociales, a la doble moral y a las apariencias. Es cierto que, para
reflejar correctamente la época, le faltaría fijar más la lupa en las clases
sociales más bajas, en el nuevo proletariado incipiente, pero Austen escoge un
pueblo rural donde esa Modernidad aún no ha llegado con la misma virulencia que
a los escenarios de Dickens.
La parquedad de las descripciones no
deteriora un retrato que vemos a través de situaciones, como suele ocurrir en
escritores ingleses. Los diálogos nos informan mucho más de lo que las palabras
pretenden decir en boca de un personaje y, así, en una simple frase
comprendemos un carácter, un problema, un prejuicio o incluso un contexto. Algo
que me fascina en Jane Austen es la capacidad narrativa que contiene cada
detalle. Ninguna escena está allí de relleno, todas conducen a algo o aportan
algo relevante para la historia. En este punto, es toda una maestra.
Y, por último, para no extenderme
demasiado, mencionaré algo que realmente me enamora: la capacidad para crear
tensión sexual entre Lizzie y Darcy sin necesidad de que aparezcan un solo beso
o una nimia caricia. Las miradas, los silencios, la pasión contenida en algunos
de sus mutuos ataques, la presencia lejana, a veces la ausencia… son
suficientes para despertar el deseo en el lector de un encuentro feliz entre la
pareja. No es que el menos sea más, es que la autora coloca con tal sutilidad
las piezas de este engranaje que produce un movimiento lento, pero inexorable,
en el alma de cualquier lectora.
Mi libro de cabecera, sin duda.
RESEÑA
DE JANE KELDER
PERSONAJES
PRINCIPALES
Elisabeth
Bennet es una chica joven algo bohemia y nada
convencional para los usos de la época. Segunda hija de un caballero venido a
menos, vive tranquila en el campo, rodeada de una cotidianeidad algo aburrida y
perdida en sus libros, soñando, soñando sin parar como muchas de nosotras.
Pero, aunque en esencia es una romántica, es una joven orgullosa, de ideas
firmes y sin pelos en la lengua. Te identificas con ella desde el principio y,
para mí, es uno de los mejores personajes femeninos que jamás se han descrito.
Elizabeth
Bennet podría ser una heroína moderna, tan decidida
a casarse por amor que asume sin dramatismo la amenaza de la soltería. Su
energía, su valor, la naturalidad con la que se enfrenta a los pretendientes
indeseables o a la lengua afilada de una aristócrata, hacen de ella uno de esos
personajes que permanecen en la memoria del lector más allá incluso de la
propia novela.
Elizabeth no
es una joven al uso de la época, sino una mujer con su propias opiniones,
que se permite incluso reflexionar mucho más allá de los asuntos que se supone
interesaban a sus contemporáneas: «Cuánto más veo cómo es el mundo, más me
desagrada; y todos los días confirmo mi creencia en la incoherencia de los
seres humanos, y en la poca confianza que se puede depositar en las apariencias
del mérito o de la inteligencia». Díganme si la frase ha perdido vigencia
doscientos años después de que cientos, miles de lectores, la leyesen por vez
primera.
Fritzwilliam
Darcy es el heredero de una gran fortuna. Rico desde
la cuna y de modales exquisitos, es a la vez frío, arrogante y orgulloso. Es
oscuro y misterioso pero, a medida que avanza la historia, te vas enamorando de
él perdidamente porque vas descubriendo, a la vez que la protagonista, que
detrás de su hermosa pero rígida fachada, hay un hombre maravilloso. En Darcy
se inspiró Stephenie Meyer para crear a Edward Cullen y como ellas otras muchas
escritoras pusieron algo de Darcy en sus protagonistas, yo, la primera para crear
a mi amadísimo Brais (perdón por tener la osadía de incluirme como escritora).
F.
Darcy es considerado uno de los mayores héroes románticos de la literatura, y
con razón.
Como
lectora os puedo decir que, antes de que esta joya llegara a mis manos, jamás me
había sentido atraída por este género. Las películas de época siempre me habían
resultado oscuras, ñoñas e insípidas. Sabéis que nos hemos leído auténticas
burradas super eróticas y pasar a un libro así puede resultar cuanto menos
fuerte. Pero ahí está su magia, en la inocencia, en las pasiones y los
sentimientos reprimidos, en el amor que te estalla por dentro y que no puedes
expresar. El secreto de este libro es, además de la fina ironía y el magnífico
estilo narrativo de Austen, su sencillez. Y por eso es tan especial y
maravilloso.
Si
os llega al corazón como me llegó a mí, os puedo recomendar muchas historias
similares que, aunque están a años luz de Orgullo y Prejuicio, son realmente
mágicas.
Jane Bennet,
la mayor, la más guapa y dulce, no proclive a los
excesos verbales de su hermana, más comedida, respetuosa y adaptada a las
convenciones sociales de la época. Jane acaba conquistando el corazón del señor
Bingley, una de las grandes fortunas del condado.
Charles
Bingley es uno de los principales personajes de Orgullo
y prejuicio. Es un hombre encantador joven de 22 y es el interés del
amor de Jane Bennet. Su ingreso anual es de 5.000 y que vive
en Netherfield con su amigo ( Darcy), dos hermanas (Caroline
Bingley y Lousia Hurst ), y una de esposo de sus hermanas
( Sr. Hurst ) por un corto tiempo.
El
Sr. Bingley es una lámina (contraste) al señor Darcy, que es, en un primer
momento, estirado y grosero. Jane dice lo siguiente sobre el señor Bingley, ''
Él es justo lo que un joven debe ser ... sensible, buen humor, vivo; y nunca vi
modales tan feliz! -! tanta facilidad, con tan buen cultivo perfecto '' De
hecho, Jane y el señor Bingley son muy similares en términos de personalidad.
El
Sr. Bingley parece que el hombre ideal. Sin embargo, también es fácilmente
persuadido por su familia y amigos. Por ejemplo, a pesar de que le gusta Jane,
Darcy y su hermana son capaces de convencerlo de dejar Netherfield Park (y
Jane). A diferencia del Sr. Darcy, que se muestra a aferrarse a las
convicciones, el Sr. Bingley parece dejarse llevar con mayor facilidad.
FUENTE:
Mareas de tinta,Study.com
CURIOSIDADES
La
primera vez que Jane
Auten publicó 'Orgullo y prejuicio', el 28 de enero
de 1813, lo hizo de forma anónima. La familia Austen suplicó a Jane que
mantuviese en secreto sus inclinaciones literarias, así que ésta firmó su
novela como 'Una dama'. Pero 'Orgullo y prejuicio' se convirtió en un fenómeno
editorial. Los lectores ingleses querían saber el nombre de aquella
dama enigmática, y algunos miembros de la familia Austen no resistieron la
tentación de hacer público que la novela de moda estaba escrita por alguien de
su sangre. Así fue como Jane Austen se convirtió en una escritora famosa,
aunque su falta de experiencia le había llevado a ceder los derechos de la
novela por la irrisoria cantidad de 110 libras. La pobre Jane se
vio privada así de los beneficios de la venta de miles de ejemplares.
ALGUNOS
FRAGMENTOS
“Las
discusiones se parecen demasiado a las disputas."
"La vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso de personas de inteligencia superior, creo que es válido."
"Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor."
"Somos pocos los que tenemos suficiente valentía para enamorarnos del todo si la otra parte no nos anima."
"El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros"
"La vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso de personas de inteligencia superior, creo que es válido."
"Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor."
"Somos pocos los que tenemos suficiente valentía para enamorarnos del todo si la otra parte no nos anima."
"El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros"
Me ha encantado tu reseña! Estoy de acuerdo en tu opinión y punto de vista, no sabía que la primera vez que lo publicó fue de forma anónima, muy interesante.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Sarah :)!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarQué reseña más interesante; como mencionas al inicio, es muy difícil comentar un libro que es tan querido y del que se ha dicho tanto. Me encanta todo lo que has resaltado y en especial esas curiosidades que no se conocen con frecuencia :) ¡Gracias!
Besos.