¿Sabes dónde viven tus
miedos?
Cuenta la historia que iba la peste
rumbo a Bagdad cuando se encontró con Nasrudín y él le preguntó−
¿a dónde vas?− la peste respondió – voy a
Bagdad a matar a diez mil personas −. Luego de un tiempo
casualmente se volvieron a encontrar y Nasrudín muy molesto le dijo − ¡Me mentiste!,
dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil −
La peste contestó − yo sólo mate a diez
mil, las demás se murieron de miedo!−
No obstante, el miedo como tal puede
ser positivo ya que eventualmente nos previene de posibles riesgos o peligros
que podamos correr en un momento determinado, lo triste es que con frecuencia
lo alimentamos al punto que llegamos a convencernos de abandonar nuestros
proyectos por temor al fracaso, a que no funcione, a la crítica u opinión de
las demás personas, o inclusive llegamos a creer posibles situaciones que jamás
llegan a presentarse.
Productos que nunca se fabricaron,
libros que no se publican , cartas que no se envían, ideas maravillosas que no
salieron de las páginas donde se escribieron, viajes que no se concretan,
personas que no llegamos a conocer, relaciones que no definimos, la lista
podría ser infinita y todo por una sola razón; el miedo.
Miedo a fallar o incluso miedo a
lograr, terror al éxito porque tal vez estamos tan acomodadas en nuestra zona
de confort, la cual por cierto a veces no es nada confortable, que la idea de
salir de allí y brillar producto del logro de nuestros sueños nos produce
pánico.
Sentir miedo es normal, es lícito y es
parte de nuestra humanidad, lo que no podemos permitir es que nos detenga y nos
impida experimentar la posibilidad de llevar nuestro potencial a un nuevo
nivel, siempre es y será nuestra elección, porque aunque sintamos miedo podemos
atrevernos y avanzar.
En definitiva ¿dónde viven nuestros
miedos? Viven en nuestra mente y somos
nosotras las responsables de alimentarlo y ayudarlo a crecer o por el contrario
aprender a administrarlo y sacar provecho de él usándolo como impulso para aventurarnos
y al menos intentar nuestras ideas y
proyectos.
Desafiar nuestros miedos e imponernos puede ser una tarea ardua
al principio, es natural dado que todo lo nuevo produce resistencia, sin
embargo en la medida que vamos asumiendo nuevos retos vamos cultivando nuestra
autoconfianza y eso poco a poco nos dará la fuerza y la determinación que se
requiere para hacer frente a nuestros temores y decidir iniciar cualquier
proyecto que tengamos en nuestra mente y corazón.
La recomendación es comenzar ya con
cualquier idea que tengas guardada en la gaveta, comienza por imaginar cómo
sería si el resultado que esperas sea el que efectivamente logres, cómo te vas
a sentir? fantasea con ello, vive tu resultado
como ya realizado y verás como poco a poco empiezas a generar dentro de
ti esa fuerza que te impulse a dar el primer paso.
Recuerda que estamos hechas del mismo
material de las estrellas, nacimos para brillar, no puedes permitirte menos que
eso.
Como siempre podemos elegir, hoy te
invito a que elijas la valentía, el coraje, el valor, y te atrevas a llevar a
cabo esa o esas ideas que llevas dentro que seguramente harán tu vida más
interesante, como decía uno de mis autores favoritos Wayne Dyer “no te mueras con tu música en tu interior”.
Tal vez tus ideas no van a cambiar el rumbo de la humanidad o tal vez sí, la
verdad no lo sé, de lo que sí estoy segura es que si te atreves al menos a
intentarlo estarás marcando una gran diferencia en tu vida, te sorprenderías
tristemente de la inmensa cantidad de proyectos que mueren antes de nacer sólo
por miedo al fracaso. Te garantizo que jamás te arrepentirás de haberlo
intentado. Deseo que siempre tengas presente la historia de la peste en Bagdad
para que no permitas nunca morirte en vida producto de tus miedos y que de hoy
en adelante el miedo sea la escalera que utilices para subir hacia tus sueños.
Con todo mi amor,
Ana María Valera
Email: anamariavalera@gmail.com
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