Adiós al malestar
A veces
sentimos mucho malestar en nuestras vidas, bien sea porque las cosas que
ocurren no nos gustan o porque las que queremos que sucedan no terminan de
ocurrir.
Suele
pasarnos que nos volvemos intolerantes, iracundas, estresadas e incluso sentimos que somos insoportables. La
buena noticia es que todas esas emociones pueden ser normales hasta cierto
punto. Nuestra configuración hormonal puede fluctuar con facilidad y en
consecuencia nuestros estados de ánimo pueden ser cambiantes. No obstante es
conveniente tomar consciencia y darnos permiso de experimentar nuestra
humanidad eventualmente y llorar si es lo que deseamos, conversar ó hasta
discutir si lo consideramos oportuno a fin de drenar el malestar y recobrar el
equilibrio.
Lo que
resulta totalmente innecesario es permanecer demasiado tiempo en la emoción
negativa, a veces nos molestamos con otra persona o por alguna situación
particular y luego que el incidente pasa seguimos molestas durante
horas, días y a veces hasta años. Entiendo que no siempre es sencillo
deshacernos de la molestia, sin embargo vale la pena, pues está demostrado que
el resentimiento, la rabia, la frustración y el estrés no aportan nada positivo
a nuestras vidas, por el contrario son las semillas del conflicto, del
sufrimiento y por si fuera poco son potentes generadores de cortisol que es una
sustancia que segrega nuestro organismo para cubrir algunas funciones
importantes pero cuando su producción es excesiva puede originar serios problemas de salud.
Problemas
digestivos, presión arterial alta, enfermedades del corazón, dificultades para
dormir, aumento de peso, envejecimiento de la piel, arrugas son algunas de las
consecuencias de estar molestas durante mucho tiempo. Sin duda vale la pena aprender a manejar estas
situaciones porque atentan contra nuestra salud emocional, física e incluso
espiritual.
En este
sentido ¿qué podemos hacer? Una buena
recomendación es tomar varias respiraciones consientes, al inhalar de manera intencional y
concentradas en ello es difícil pensar en otra cosa al menos en ese instante, este
sencillo ejercicio nos trae al presente de inmediato y nos permite oxigenar el
cerebro y nuestras células también. A medida que te vayas serenando puedes usar
afirmaciones como “deseo sentirme bien” o “esto también pasará”. Si la molestia
que sientes es demasiado grande y estás a punto de estallar, un buen ejercicio puede ser caminar a paso
acelerado sin correr durante al menos 20 minutos, esto aumentará tu presión sanguínea y activará en tu cerebro
la producción de sustancias químicas como la oxitocina que te harán sentir
mejor casi inmediatamente. Como vez hay
maneras sencillas y prácticas de cortar la corriente de malestar que podamos sentir
en un momento determinado si vemos que tiende a prolongarse. No se trata de
evadir la circunstancia sino más bien el propósito es desconectarnos un momento
del malestar para poder mirar desde otra perspectiva lo cual es bastante
probable nos permita conseguir una solución o al menos no magnifica la
situación.
La vida
es un regalo maravilloso y pasa demasiado rápido, lastimosamente no nos
percatamos de ello si no hasta que somos adultos y hemos desperdiciado muchos
momentos valiosos por darle toda nuestra atención y enfoque a los momentos
desagradables. Mientras que si damos más cobertura a las cosas agradables, nos
enfocamos en lo que nos gusta de las demás personas, de los lugares, de los
eventos, seguro nuestra vida transcurre de forma más grata y amena. Dile adiós
al malestar, recuerda que siempre es nuestra elección y tener esa posibilidad
de colocar el color que queramos a todo lo que ocurre en nuestra vida es
realmente grandioso. Compruébalo por ti misma, eres la escritora y sobre todo
la protagonista de tu nueva historia de vida.
Con todo
mi amor
Ana María
Valera
@anavalerafeliz @anavalera.feliz
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