7 RAZONES PARA LEER
PERSUASIÓN
De todas las novelas de
Jane Austen, Persuasión no es la que suele encabezar las
listas de las más leídas o la que se suele escoger como la favorita por parte
de los lectores. Orgullo y Prejuicio suele ser la que siempre
se cita y la más valorada. Sentido y Sensibilidad e
incluso Emma suelen ser las siguientes respecto a preferencias,
pero lo cierto es que Persuasión también merecería
llamar la atención de los lectores y que se le dedicase tiempo de lectura. La
historia está protagonizada por Anne Elliot, la hija mediana de un pomposo
baronet.
La protagonista no es
guapa
Anne Elliot no tiene nada
que ver ni con Jane Bennet (la más guapa de las hermanas Bennet, como no se
cansan de repetirnos durante la novela) ni con Elizabeth, su hermana, que
aunque no es tan guapa tiene unos ojos notables, como bien descubre el señor
Darcy. De Anne no se nos dice exactamente
que es fea, pero como Jane Eyre es
una chica de lo más normal y no muy agraciada. De hecho, en las primeras
páginas se nos dice que tiene un aspecto bastante acabado (nada que ver con
Elizabeth Elliot, su hermana mayor, que está encantada de conocerse).
Que la protagonista no
sea guapa no quiere decir que el protagonista no lo sea: en uno de los últimos
capítulos podemos leer como Lady Dalrymple, una vizcondesa viuda familiar
lejana de los Elliot (y muy apreciada por su título), alaba la belleza de un
hombre. Luego descubrimos que aquel atractivo ejemplar masculino es Frederick
Wentworth.
La protagonista no es
una jovencita
Otro punto en el que Anne
Elliot se diferencia de todas las heroínas de Austen es que no es en absoluto
joven. Cuando empieza la novela tiene 27 años, lo que ahora nos parece la flor
de la vida pero que en aquellos tiempos era una edad considerable. Anne es una
solterona que tiene muy pocas posibilidades de hacer un buen matrimonio.
La novela está llena
de frustradas relaciones amorosas
Lo vemos en las primeras
páginas. La principal es la de la propia Anne Elliot, que conoció a Frederick
Wentworth cuando tenía 19 años, se enamoró de él, pero no se casó con él porque
a su familia él no le pareció suficiente y porque se dejó convencer por Lady
Russell, la mejor amiga de su madre, de que no era el adecuado. Pero no es la
única relación frustrada que vemos en las primeras páginas. Las dos hermanas de
Anne han tenido una vida sentimental no muy emocionante. Elizabeth, la mayor, a
pesar de ser guapa y la hija de un baronet no se ha casado, porque el
matrimonio que estaba previsto para ella (con el heredero de su padre) se quedó
en nada. Mary, la pequeña, es la única que sí lo ha hecho, pero su marido solo
se acercó a ella cuando Anne Elliot no aceptó su mano.
La historia tiene
ciertos toques de la Cenicienta
Sir Walter Elliot no
valora lo suficiente a Anne, que ignorada y ninguneada por su padre y hermana
mayor (solo ellos dos van a Londres a pasar la temporada y prefieren, por
ejemplo, llevarse a la señora Clay, la amiga de Elizabeth Elliot, a Bath antes
que llevarse a Anne). Y la hermana pequeña solo la quiere para que sea su
enfermera particular.
Las relaciones de
clase muestran cómo va a cambiar el mundo
Uno de los aspectos más
curiosos de la novela es ver cómo las dinámicas sociales permiten ver
cómo cambiarán las relaciones sociales en las décadas siguientes y cómo en el
fondo está mostrando ya una nueva dinámica. Los Elliot son orgullosos y están
muy ufanos con su nobleza, aunque son parte de la nobleza inferior y el padre
es un desastre que ha hundido la situación económica familiar (al principio de
la novela tienen que alquilar su casa familiar para poder salir del atolladero
en el que están y mudarse a una casa alquilada en Bath).
Solo Anne parece ajena a
estas ideas y ve el mundo de una manera diferente. El padre se pasa el día
leyendo el Debretts, el índice de la nobleza; Elizabeth es
desdeñosa con todo aquel que no está a la altura que ellos consideran que les
corresponde y Mary, la hermana pequeña, está tan obsesionada con sus
orígenes que, habiéndose casado con el hijo propietario de un propietario rural
(pero no noble), nunca deja de recordar que tiene preponderancia por delante de
su suegra en lo que a trato se refiere. Los Elliot no solo resultan ridículos,
sino que están lastrados por sus malas decisiones.
Frente a ellos está el
universo en el que se mueve Frederick Wentworth, que ha conseguido dejar de ser
el pobre marino que era cuando a los 23 años pidió la mano de Anne Elliot y que
ahora es no solo capitán sino también rico. En realidad su situación es mucho
mejor que la de los Elliot y, si como teme Mary (y espera que no pase), si le
dan un título de baronet estará incluso por encima de ellos.
Es una novela de
madurez
La historia es la última
que escribió Jane Austen (y además está escrita un tanto en tiempo real: la
autora la terminó en el verano de 1816 y la trama empieza en 1814) y por tanto
muestra a una autora muy diferente a la que firma las anteriores obras. Cuando
escribió esta novela, Austen había pasado ya los 40 años (era mucho más joven
cuando escribió sus novelas más populares) y eso posiblemente influyó en muchas
cosas, como por ejemplo en la elección de temas y en el desarrollo de la
trama. Persuasión no es una novela sobre los problemas de las
señoritas en busca de marido, como puede ser el caso de Orgullo y
Prejuicio o Sentido y Sensibilidad. Es más bien una
historia sobre las decisiones tomadas y los errores cometidos y sobre cómo la
vida nos puede enfrentar a segundas oportunidades.
¿Es posible ver aquí
algo de la vida de Austen?
Cuando se lee la novela y
se ven las razones por las que Anne Elliot no se casó con Frederick Wentworth
en un primer momento, es muy fácil entregarse al análisis-cotilla vía
historia-literaria-ficción y pensar cuánto de la vida de Austen (y de quizás
las lamentaciones sobre las decisiones de juventud) puede haber en la novela.
Como Anne, Austen también estuvo enamorada en su juventud de un partido no muy
recomendable. Y como en la ficción su historia no llegó a nada.
FUENTE; LIBROPATAS
Para mí, junto con Orgullo y Prejuicio, la favorita de Jane Austen... las he leído varias veces y siempre descubro algo nuevo
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