El consultorio de Miss Love

   

                        VANDALISMO SEXUAL

Esta semana una lectora os ha enviado una carta pidiéndonos consejo para resolver un problema que acosa a algunas parejas jóvenes de recién casados.

Estimada… Amada de Pepe (no tuviste tiempo de firmar, pobrecita)

Pocas veces tengo la fortuna de responder una inquietud tan preocupante como esta. Debo confesarte que publicaré tu carta, no con el ánimo de despertar envidia, profunda envidia en algunos casos y alguna que otra rabieta, sino como un ejemplo aleccionador de a lo que llevan los excesos. Porque, mi estimada, ese Pepe es un verdadero exceso.

La psicología, mi campo por supuesto, no me ha preparado para casos tan dramáticos de vandalismo sexual. Tu esposo mi querida, es lo que he andado buscando durante mucho tiempo para un proyecto de investigación de mi autoría. No tengo mucho tiempo libre pero si me lo permites puedo darte algunos momentos de descanso.

En estos momentos no estoy realizando labores domésticas como las que mencionas pero puedo pedir fondos adelantados en la fundación para mudarme a una casa con sala, 4 dormitorios y tres baños. La experiencia me ha enseñado que hay que estudiar a los sujetos en su medio ambiente. 

Por mis estudios primeros y mi consultorio sentimental después, no me he ocupado de realizar tareas como las que mencionas y que parecen incentivar el lívido de Pepe pero empezaremos, si me lo permites. En la oficina hay muchas candidatas a participar como focus groupe y entrevistas en profundidad con Pepe. Por supuesto siendo la directora de investigación es obvio que primero deberé ver en qué medida el sujeto se aproxima a tu diagnóstico.

Esperando haberte hecho feliz, los espero a ti y a Pepe, a Pepe más que a ti mañana mismo. La hora pónganla ustedes. Yo paso por el sex-shop y los espero.

La vida es hermosa como te ven, te tratan y si te ven mal, te maltratran.

Miss Love.

*Esta sección está pensada para hacerte sonreír por eso todo lo que aparece en ella es inventado, aunque quien sabe, quizás haya entre nosotras a una "afortunada" mujer con un Pepe en su vida.