¿Un clavo saca otro clavo?
Es una de las frases hechas que más repetía la gente a mi alrededor cuando gané Los chicos del calendario y Cande se fue con Barver y no le encuentro el sentido. Ni entonces ni ahora. No somos muebles de IKEA, no venimos con manual de instrucciones y no tenemos piezas intercambiables con otras. Además, a mí el bricolaje se me da fatal.
¿Cómo consiguió Candela que contaras tu historia?
No dudo de que Cande habría acabado convenciéndome, vosotros la conocéis tan bien como yo, bueno, quizá no tan bien, pero sabéis que cuando decide hacer algo no para hasta conseguirlo. Es terca como una mula (con cariño). Pero las cosas no sucedieron así. Yo ni loco iba a contar mi historia, salí algo escaldado de Los chicos del calendario, y aunque reconozco que echaba de menos charlar con Cande no tenía ganas de airear mi vida de esta manera. Hasta que llegó el momento en que supe que era eso justo lo que tenía que hacer si quería tener la menor posibilidad de ser feliz. Suena críptico, lo sé, si queréis saber qué pasó y de qué diablos estoy hablando, tendréis que leer la novela.
¿Te arrepientes de algo que hayas hecho? ¿El qué?
Me arrepiento de la última discusión que tuve con mi padre y de haber sido tan idiota y tan egoísta como para no hacer las paces con él antes de que muriera. ¿Sabéis qué es lo peor de todo? Que mi padre tenía razón; en esta vida nada es tan importante como la gente que quieres.
Lo mejor (o peor) que aprendiste de una pareja
De Cande, mi única ex pareja importante y que siempre formará parte de mi vida, aprendí a no conformarme y a no parar hasta encontrar lo que de verdad quiero. Creo que es una lección muy valiosa y ojalá no hubiese tardado tanto en aprenderla. Y de mi chica he aprendido a querer y que la vida no es un experimento científico en el que controlamos todos los elementos. A veces explota y es increíble.
La mayor locura que has hecho por amor
¿La mayor? Digamos que pasé una semana en un hotel de Zihuatanejo en México donde hice varias. Muchísimas. Épicas. Las encontraréis en la novela. Lo cierto es que si son por amor, no me parecen locuras, yo las definiría como “comportamientos extremos más que justificados teniendo en cuenta las circunstancias”, es decir “si mis neuronas están todas centradas en hacer feliz a mi chica, no esperéis que me comporte de otra manera”.
Dinos alguien a quién admires y explica por qué
Sé que no me creeréis, pero admiro a Barver. En serio. Y no lo digo porque esta sea su revista ni por nada que tenga que ver con su trabajo. Me importa un bledo qué haga con su imperio, como si quiere construirse una Batcueva y rematar así su imagen de Batman. Admiro a Salva porque el destino, la vida, llamadlo como queráis, le repartió unas cartas de mierda y no se conformó. Vale que con Cande al principio metió la pata hasta el fondo y que podría haber reaccionado antes, pero ahora que he pasado por lo mismo (y me refiero a lo de enamorarme) lo entiendo un poco mejor. En resumen, admiro a Salva porque a pesar de tener miedo es valiente y porque defiende a sus amigos por encima de todo, y por su corazón. No sabéis la de cachondeo que tendré que aguantar por esto, pero Salva se lo merece.
El mejor lugar para vivir
Donde sea que yo y los míos podamos echar raíces, reír juntos y descorchar una botella de vino al final del día.
El momento más embarazoso de tu vida
Hay tantos, pero me gusta creer que sé tomármelos con humor, veamos… Que me atropellase ese taxi en Nueva York fue bastante embarazoso, los enfermeros que me llevaron al hospital aún se acuerdan de mí, creo. Y pelearme en Las Vegas como si fuese uno de los protagonistas descerebrados de una película americana también. Seguro que si leéis El chico del calendario encontraréis más, aunque al final todos han valido mucho la pena; tengo a mi chica conmigo.
Si el día tuviera una hora más, a qué o a quién lo dedicarías
A mi chica y a nuestra familia.
Un secreto inconfesable
Si os lo cuento dejará de serlo. Solo diré una cosa, soy mucho más real de lo que algunos creen, tan real como vosotros.
Gracias por esta entrevista, ya puedes dejar de mirarme mal, Cande, he cumplido mi promesa de no mencionar al gato de Schrödinger. Dadle una oportunidad a El chico del calendario, no os arrepentiréis (el gato está vivo, ya lo he dicho) ;-)
ENTREVISTA CEDIDA POR LA EDITORIAL TITANIA
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