Kattie Black
Fragmento de la primera entrega de
Invencible
«—¿Qué tal si me lees el futuro?
—¿Quieres saber cómo te va a ir con tu Crowley? —volvió a
sonreír—. No necesito mirar las cartas para adivinarlo. Ese hombre está loco
por ti. Totalmente loco.
Un hormigueo de satisfacción me recorrió por dentro.
—Sí, ¿verdad?
—Ahá. Y dime, ¿te trata bien?
—Muy bien —reconocí—. Mejor que yo a él la mayoría de las
veces.
—Ay, hija. No vas a cambiar nunca. —Me reí ante su
resignación de madre—. ¿De verdad os conocisteis en un concierto?
—No. Nos conocimos en un tugurio de mala muerte —confesé— y
al principio no podíamos ni vernos. Luego me di cuenta de que él me gustaba más
de lo que yo quería y… bueno, no ha sido fácil, pero aquí estamos.
No podía contarle los detalles a mi madre. Ella me miraba de
cuando en cuando mientras jugueteaba con las cartas. Buscó el arcano de los
enamorados y lo dejó boca arriba sobre la mesa, guasona.
—El amor no siempre es fácil. Las dificultades lo ponen a
prueba. Y tu Crowley parece tener muy claro lo que quiere. ¿Quieres tú lo
mismo?
—Desde luego. —Fruncí el ceño, sorprendida por la pregunta—.
¿Es que no lo parece?
Mamá rió.
—Sí, sí lo parece. Nunca has sido muy expresiva con tus
emociones, no con esas emociones, al menos. Pero cada vez que le mirabas en la
mesa, tus ojos tenían un brillo especial, diferente. Parecías orgullosa. Y
nunca te he visto estar orgullosa de nadie».
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