ENTREVISTA A SOPHIE SAINT ROSE por Fátima Benítez
Asidua a las listas de los bestseller de Amazon, Sophie Saint Rose es, pese a ello, la gran desconocida del mundo literario. Con innumerables libros publicados, seguidoras que crecen como la espuma y un lugar de honor ganado a golpe de palabra, la misteriosa dama de la novela romántica nos abre las puertas para conocer sus secretos.
Pregunta: ¿Quién fue el culpable de que te hicieras escritora?
Respuesta: Creo que fue un mal libro. Sí, fue realmente un mal libro.
No me acuerdo ni del nombre pero al terminarlo, porque lo terminé, me dije: «esto
puedo hacerlo yo». Entonces sustituí mi pasión, que era leer, por escribir. Al
inventar mis propias historias me lo pasaba mucho mejor, aunque, por supuesto,
todavía disfruto mucho leyendo.
P.- ¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?
R.- Realmente no. Sólo tengo que estar cómoda y relajarme. No sé
como lo hacen los demás pero yo muchas veces escribo sentada en el sofá con el
portátil sobre las piernas. Eso sí, la tele siempre está encendida en mi casa.
Supongo que eso es una manía (se ríe). Es una costumbre. En cuanto entro en
casa, enciendo la tele aunque no le preste atención.
P.- ¿Qué te hace producir la palabra FIN?
R.- Termino una historia cuando considero que no da para más. No
soy de esas escritoras que estira el chicle por tener más páginas. Podría
escribir descripciones hasta la saciedad o darle mil vueltas a una situación,
pero ¿para qué? Lo que importa en una novela romántica es la historia de amor y
eso es lo que cuento.
Lo único que busco es que al
terminar, mis lectores suspiren con una sonrisa en la cara. Ese es mi objetivo.
Que se lo pasen tan bien como yo cuando leen mis novelas.
P.- ¿Qué podemos encontrar en «La joya del Yukón»?
R.- Esta historia me encantó. Un lugar totalmente distinto para una
historia de amor; una mina en el territorio del Yukón en Canadá. Mi
protagonista acude a ayudar a su padre y tiene que enfrentarse al dueño de las
tierras. Es un mundo algo machista que a ella no la intimida en absoluto y
desarrolla una historia de amor que refleja que a veces deberíamos ser más
sinceros respecto a nuestros sentimientos y no tener miedo a decirle a la otra
persona lo que sentimos. Se ahorran complicaciones.
P.- ¿Te has quedado
satisfecha con lo escrito?
R.- Cuando termino una novela siempre estoy satisfecha con el
resultado porque ha salido de mí. Puede que a mis lectoras les gusten más unas
novelas que otras, pero para mí todas son únicas y me gustan todas. Son como
mis niños, y que te digan que uno es feo no le gusta a nadie, pero hinchas el
pecho cuando te dicen que tu niño es precioso.
P.- ¿Si te quedas en blanco,
qué haces?
R.- (Se ríe). No me ha pasado nunca. ¡Y espero que no me pase!
Supongo que cuando ya no tenga que contar se habrá acabado y a otra cosa.
P.- ¿Crees que las redes
sociales perjudican el hábito a la lectura?
R.- No. Alguien que es aficionado a leer, buscará ávido el libro
que quiere y se encerrará en su habitación para leerlo cuanto antes (se ríe).
Como devoradora de libros en el pasado sé de lo que hablo.
P.- ¿Qué es lo que sientes a la hora de escribir?
R.- Todo. Me meto en la historia y por ejemplo, en «La joya del
Yukón», yo era Sam. En ese momento soy la protagonista y ella actúa como lo
haría yo o como a mí me gustaría reaccionar ante una situación. Cuando llora,
yo lloro y cuando se ríe, yo también lo hago. Mi familia está acostumbrada a
verme partirme de la risa escribiendo.
P.- ¿Dónde acostumbras a escribir?
R.- Aunque tengo un estudio habilitado para ello, la verdad es que
me muevo con el portátil por toda la casa. Me gusta mucho el sofá. Es muy
mullidito.
P.- Cuando escribes, ¿lo haces a base de una historia o de unos
personajes?
R.- Ni una cosa, ni la otra. A veces una idea desarrolla la historia,
pero otras veces es una profesión la que me inspira o incluso un lugar donde
después desarrollaré la historia. Muchas veces no tengo nada y simplemente me
pongo a escribir. Las ideas salen solas. De una frase sale la siguiente y así…
P.- ¿Cuáles son tus
aficiones?
R.- Antes de dedicarme a escribir, mis aficiones tenían mucho que
ver con quedarme en casa después del trabajo. Leer, pintar o el punto de cruz.
Ahora como me paso muchísimas horas sentada delante del ordenador, prefiero
salir a pasear para despejarme un poco.
P.- ¿Qué sentiste cuando publicaste tu primera novela?
R.- Terror (se ríe). No, en serio, terror. ¡No se lo dije a nadie!
Realmente me daba corte que lo supieran porque pensaba que seguramente no
gustaría. Pero cuando vi que se vendía, me dije: «igual debería publicar otra».
Así lo hice y fue cuando se lo conté a mi familia, que se quedó algo sorprendida.
En mi quinta novela llegué a la lista de los más vendidos de Amazon en novela
romántica y la sorpresa aumentó.
Después de cuarenta y ocho novelas
publicadas en catorce meses, sigo sintiendo terror cada vez que publico.
Supongo que nos pasa a todos los autores. Ese temor a que nuestra nueva
historia no guste como la anterior.
P.- ¿Qué buscas transmitir en tus novelas?
R.- Que el lector pueda sentir lo que sienten los protagonistas y
que se sumerjan en la historia como lo hago yo cuando la escribo. Que cuando
acaben el libro les deje una buena sensación.
P.- ¿Qué tal llevas las críticas?
R.- Asumo que no le puedo gustar a todo el mundo. Al principio lo
pasaba mal con algunas realmente hirientes, pero después lo he ido digiriendo
como parte del trabajo. Incluso he aprendido de muchas para intentar superarme.
Por otro lado la mayoría son
maravillosas porque tengo seguidoras muy fieles a las que les encanta mi
trabajo y eso siempre es como un balón de oxígeno que te ayuda a continuar.
Para una autora sin apoyo editorial, las críticas son realmente importantes en
Amazon y sé que para el lector es una pesadez tener que poner una crítica, pero
muchas se toman la molestia, y desde aquí lo agradezco enormemente.
P.- ¿Por qué escribes romántica y no otros géneros?
R.- En toda buena historia, siempre hay una buena historia de amor.
Creo que el amor es el tema central de nuestra vida. Ya sea el amor a nuestra
familia, a nuestros hijos o a nuestra pareja. Una vida sin amor alrededor, está
vacía. Así que para mí, no hay tema que interese más.
Test:
- Noche o día.
- Día, pero acostándome tarde.
- Mar o montaña.
-Mar. Playa y sol, por favor.
- Té o Café.
- Nada de eso. Prefiero la Coca-cola.
- Facebook o Twitter.
- Facebook, ¿verdad, amigas?
- Una canción.
- Cualquiera de Pablo Alborán. Son
todas preciosas.
- Un libro.
- Historia de una Geisha.
- Un recuerdo.
- La primera vez que le robé una novela romántica
a mi hermana entrando a hurtadillas en su habitación.
- Una bebida.
- Repito, Coca-cola.
- Una película.
- Lo que el viento se llevó. La intensidad del amor de Rhett a
Scarlett todavía me hace suspirar.
- Un animal.
- Mi perro. Tros, es otro amor en
mi vida.
- Una flor.
- La rosa, por supuesto.
- Una ciudad.
- San Petersburgo, la más hermosa
bajo mi punto de vista. La más intensa y
entretenida, Nueva York.
- Sola o acompañada a la hora de escribir.
- Sola. Escribir sola. La compañía
para otros momentos.
- Una afición.
- Pasear. Pintura. Punto de cruz...
- Enamorada de…
- La vida (ríe). ¿Qué esperabais
que dijera?
SOLO TIENES QUE PINCHAR EN LA PORTADA DE SU ÚLTIMA NOVELA.
Texto
corregido por Elizabeth No
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