Todo cuanto deseamos en nuestra vida es como una semilla que plantamos, como un bebé que está por nacer y como tal tiene un tiempo de gestación, un tiempo de espera.
Ese lapso es propicio para prepararnos y sobre todo para disfrutar de ese proceso de evolución y desarrollo del cual somos creadores, recuerdo mis tres embarazos como fue tan bonito ir registrando mes tras mes el crecimiento de mis bebés, ver como de ser un puntico en medio de mi útero fueron tomando forma día tras día hasta convertirse en niños hermosos, me acuerdo claramente cada consulta donde podía observar que estaban más completos, más formaditos, fue una experiencia realmente mágica que me hizo tomar conciencia del milagro tan grande que es la vida.